sábado, 7 de noviembre de 2015

Toma de Decisiones



      La toma de decisiones a nivel individual se caracteriza por el hecho de que una persona haga uso de su razonamiento y pensamiento para elegir una solución a un problema que se le presente en la vida; es decir, si una persona tiene un problema, deberá ser capaz de resolverlo individualmente tomando decisiones con ese específico motivo.
       En la toma de decisiones importa la elección de un camino a seguir, por lo que en un estado anterior deben evaluarse alternativas de acción. Si estas últimas no están presentes, no existirá decisión. Para tomar una decisión, cualquiera que sea su naturaleza, es necesario conocer, comprender, analizar un problema, para así poder darle solución. En algunos casos, por ser tan simples y cotidianos, este proceso se realiza de forma implícita y se soluciona muy rápidamente, pero existen otros casos en los cuales las consecuencias de una mala o buena elección pueden tener repercusiones en la vida y si es en un contexto laboral en el éxito o fracaso de la organización, para los cuales es necesario realizar un proceso más estructurado que puede dar más seguridad e información para resolver el problema.
     Es primordial a la hora de tomar decisiones apoyarse en experiencias pasadas para realizar predicciones y tomar las decisiones más acertadas. Las decisiones, han de ser tomadas de modo que los datos y experiencias pasadas, no han de entrar en contradicción con las futuras decisiones.



Pasos en el proceso de la toma de decisiones

Determinar la necesidad de una decisión:
El proceso de toma de decisiones comienza con el reconocimiento de la necesidad de tomar una decisión, el mismo lo genera un problema o una disparidad entre cierto estado deseado y la condición real del momento.
* Identificar los criterios de decisión:
Una vez determinada la necesidad de tomar una decisión, se deben identificar los criterios que sean importantes para la misma. Vamos a considerar un ejemplo.
*Asignar peso a los criterios:
Los criterios enumerados en el paso previo no tienen mayor importancia. Es necesario ponderar cada uno de ellos y priorizar su importancia en la decisión.
* Desarrollar todas las alternativas:
Es la base de la toma de decisiones y no es más que desplegar las alternativas. El tomador de la decisión tiene que confeccionar una lista de todas las alternativas posibles y que podrían utilizarse para resolver el problema.
* Evaluar las alternativas:
Una vez identificadas las alternativas, el analista de las decisiones tiene que evaluar de manera crítica cada una de ellas. Las ventajas y desventajas de cada alternativa resultan evidentes cuando son comparadas.
* Seleccionar la mejor alternativa (Toma de decisiones):

Una vez seleccionada la mejor alternativa se llega al final del proceso de la toma de decisiones, en el proceso racional. Esta selección es bastante simple. El tomador de decisiones tiene que escoger la alternativa que tuvo la calificación más alta en el paso número cinco. La toma de decisiones debe ser totalmente objetiva y lógica a la hora de tomarlas, tiene que tener una meta clara y todas las acciones en el proceso de toma de decisiones llevan de manera consistente a la selección de aquellas alternativas que maximizarán la meta.



viernes, 6 de noviembre de 2015

El Decisor


El Decisor según Hebe Cadaval es quien toma la decisión; puede ser un individuo, un grupo, nosotros mismos, un ente o empresa, una institución, entre otros.





Intereses del Decisor
    La toma de decisión del Decisor está influenciada por sus modelos mentales, referencias, expectativas, motivaciones, necesidades, intereses, experiencias, entre otros factores que determinan la forma como éste visualice el problema desde su percepción.
    Por ello, para que el Decisor pueda ejercer su función desde un punto de vista imparcial es condición sine quanon poseer la mayor cantidad de información posible, proveniente de distintas fuentes, que le permitan discernir y así identificar el problema, plantear sus posibles soluciones, aplicar dicha solución y realizar seguimiento constante a los resultados que ésta arrojó.

      En torno a ello, para tomar decisiones, el Decisor o Decisores llevan a cabo una serie de pasos como: selección y recolección de datos sobre el problema y sus posibles soluciones; archivar dicha información para utilizarla cuando sea necesario; razonar los datos compilados y juzgar su importancia en relación con el problema tratado


Motivaciones de un Decisor

Las motivaciones para el logro de las satisfacciones de un Decisor pueden ser:
· Motivación espontánea por motivos extrínsecos. (Motivación extrínseca)
· Motivación espontánea por motivos trascendentes. (Motivación Trascendente)
· Motivación racional por motivos extrínsecos. (Motivación extrínseca operativa)
· Motivación racional por motivos transcendentes. (Motivación intrínseca estructural)


El Decidor y la Racionalidad

Un Decisor es racional cuando una decisión dada es producto de algún proceso deliberado de razonamiento o raciocinio. Se puede definir el razonamiento como una actividad mental mediante la cual se identifican, evalúan, ordenan, comparan, asocian, infieren, inducen o deducen a través de la reflexión, distintos aspectos de una decisión y se prevén sus evoluciones futuras.
 Este concepto de racionalidad no toma en cuenta la opinión que un observador pueda tener de un Decisor, sino la opinión que quien decide puede tener de sí mismo. Por otra parte, no se trabaja sobre la racionalidad de los fines perseguidos sino sobre la racionalidad de los medios utilizados para lograrlos.

Visto desde esta perspectiva, toda decisión es por definición racional. No existe decisión no racional o irracional. Sin embargo, hay acciones que no son racionales, por ejemplo, algunas reacciones producto de las pasiones o del arrebato de un momento o una emoción violenta. Toda adopción de una alternativa, toda acción, comportamiento o conducta dictados por un impulso o reflejo condicionado sin que medie un mínimo de reflexión, de razonamiento, no es una decisión para esta teoría. Puede tratarse de una reacción o de obediencia, según el caso. 



Dimensión moral del ser humano 

      La construcción de nuestra vida se va realizando a través de nuestros actos, ellos definen lo que vamos siendo y lo que queremos hacer en nuestro futuro. 

El ser humano se comporta de tal manera por distintas razones, de acuerdo a sus creencias, costumbres y valores adquiridos durante el transcurrir de su vida que han sido inculcadas en la sociedad donde han nacido.


     La dimensión moral se encarga de regir el comportamiento ante una sociedad, es aquella que se refiere a los valores que sustenta y a las creencias que tiene respecto de lo que considera malo o bueno, justo o injusto, correcto o incorrecto. Es la capacidad de distinguir entre lo que está bien y lo que no está, entre cómo son las cosas y cómo deberían ser, cabe destacar que es una capacidad exclusiva del ser humano.

     En la adolescencia por ejemplo, a diferencia de la infancia, ya es posible establecer un juicio personal respecto de las distintas situaciones de la vida y actuar en consecuencia.

     De allí se desprende la moral y la ética entendida la primera como las normas que rigen la conducta de un individuo en una sociedad y las valoraciones que hacemos sobre actos humanos los cuales consideramos desde la perspectiva de lo bueno o lo malo, lo justo o lo injusto. En tanto, la Ética estudia esos valores y normas morales, determina en qué consiste la responsabilidad moral, investiga si existe libertad en la conducta humana y analiza la obligación moral.

Ética y Decisiones

     La Ética y Toma de Decisiones en las Empresas     

     

     Mejorar la toma de decisiones éticas exige focalizar el proceso en tres aspectos esenciales: * calidad técnica de la decisión *amplitud de miras y *presencia de valores y honradez. Siguiendo lo anterior ¿Qué debemos hacer para garantizar una buena calidad técnica de la decisión, para analizar los problemas con amplitud y para incorporar la honradez en nuestros procesos de decisión? Como detallan Bazerman, Messick, Stewart (2007) debemos:

1-. Interiorizar la reciente orientación empresarial de aquellas compañías que no sólo generan beneficios de manera sostenida, sino porque lo hacen, además, incorporando en su forma de actuar compromisos activos con el medio ambiente, con el desarrollo de las personas y sus derechos y con la reducción de riesgos. Es frecuente también que centremos la visualización y la solución de un determinado asunto fijando nuestro punto de atención en las personas, en lo que hicieron, o en cómo les afectará la solución propuesta, en vez de analizar la fiabilidad de los sistemas, de los procedimientos que pudieron ser el origen del problema.

2-. Ser meticulosos en la obtención y análisis del mayor número de datos e información aplicable al objeto de la decisión.

3-. Analizar todos los tipos de riesgos implicados en el problema en cuestión.

4-. Ser conscientes de la predisposición negativa que genera el etnocentrismo (actitud o punto de vista por el que se analiza el mundo de acuerdo con los parámetros de la cultura propia), lo que nos parece normal, familiar, tiende a parecernos mejor. Lo diferente, lo desconocido, tiende a parecernos peor. Lo anterior implica que en los procesos de análisis y toma de decisiones debemos ser más tolerantes con lo no habitual, más objetivos, más equitativos, debemos, en definitiva, desvestirnos de los prejuicios que tantas veces inducen a confusión.

5-. Tener especial cuidado con los estereotipos derivados de cuestiones como el sexo, la raza, la religión, la nacionalidad, la profesión,… de los implicados en el asunto objeto de la decisión; esto no es fácil pues muchas personas caen en determinadas suposiciones que frecuentemente confunden la interpretación de los hechos y la realidad. Para subsanarlo es conveniente adoptar medidas que garanticen la igualdad de trato, la igualdad de oportunidades siempre basadas en el cumplimiento de determinados requisitos objetivos.
6-. Debemos, igualmente, ir más allá de las causas evidentes para determinar la solución o la raíz de un problema. La causalidad siempre tiene varias facetas y, en muchas ocasiones, los problemas vienen generados por causas o circunstancias no evidentes a primera vista.

7-.Emplear la “imaginación moral”. Esto es imaginar otras posibles consecuencias para otros posibles interesados, no pasando por alto los acontecimientos poco probables.

8-. Ser capaces de prever las consecuencias futuras que los problemas éticos suelen tener. Meter la cabeza en el suelo cuando nos encontramos en zonas de peligro ético, como hace la avestruz, no es una buena solución. En general, tendemos a dejar de lado los problemas a los que nos vamos a enfrentar en el futuro pensando que la posibilidad de que las consecuencias se den es, realmente, remota. Y sin embargo, con frecuencia dichas consecuencias suelen aparecer.

9-. La honradez, entendida como la cualidad con la cual se designa a aquella persona que se muestra, tanto en su obrar como en su manera de pensar, como justa, recta e íntegra, debe ser la guía de nuestra conciencia. Nuestra brújula moral.

10-. Finalmente es preciso tener sumo cuidado con el exceso de confianza. En ocasiones algunos directivos sienten que están por encima de las reglas, “soy tan valioso para la empresa que,…” Lo anterior contribuye a que se generen decisiones poco fundamentadas (“esto yo ya me lo sé,…”) y se cometan errores derivados de la ausencia de un proceso fiable y contrastado de búsqueda y análisis de la información, y de sesgos incorrectos que influyen negativamente en la toma de decisiones. 

     Para finalizar como señala Vicente Verdú “los nuevos tiempos que vienen para nuestras empresas, traerán oportunidades de cambio hacia nuevos perfiles “hard“ (buen manejo de los números, fuerte orientación comercial, experiencia en varias organizaciones, experiencia internacional, visión multisectorial, capacidad operativa), con determinados aspectos “soft “ cada día más importantes (ser innovador, contar con un claro espíritu emprendedor, ser promotor de cambios, apasionado por lo que se hace, buen jefe, trabajador duro y jugador de equipo, excelente en relaciones interpersonales y una persona normal), sin olvidar algunos aspectos que hoy se miran con lupa: la conducta ética, la integridad, el optimismo y la visión positiva de las cosas, y la entereza para sobreponerse a la adversidad”