viernes, 6 de noviembre de 2015

Ética y Decisiones

     La Ética y Toma de Decisiones en las Empresas     

     

     Mejorar la toma de decisiones éticas exige focalizar el proceso en tres aspectos esenciales: * calidad técnica de la decisión *amplitud de miras y *presencia de valores y honradez. Siguiendo lo anterior ¿Qué debemos hacer para garantizar una buena calidad técnica de la decisión, para analizar los problemas con amplitud y para incorporar la honradez en nuestros procesos de decisión? Como detallan Bazerman, Messick, Stewart (2007) debemos:

1-. Interiorizar la reciente orientación empresarial de aquellas compañías que no sólo generan beneficios de manera sostenida, sino porque lo hacen, además, incorporando en su forma de actuar compromisos activos con el medio ambiente, con el desarrollo de las personas y sus derechos y con la reducción de riesgos. Es frecuente también que centremos la visualización y la solución de un determinado asunto fijando nuestro punto de atención en las personas, en lo que hicieron, o en cómo les afectará la solución propuesta, en vez de analizar la fiabilidad de los sistemas, de los procedimientos que pudieron ser el origen del problema.

2-. Ser meticulosos en la obtención y análisis del mayor número de datos e información aplicable al objeto de la decisión.

3-. Analizar todos los tipos de riesgos implicados en el problema en cuestión.

4-. Ser conscientes de la predisposición negativa que genera el etnocentrismo (actitud o punto de vista por el que se analiza el mundo de acuerdo con los parámetros de la cultura propia), lo que nos parece normal, familiar, tiende a parecernos mejor. Lo diferente, lo desconocido, tiende a parecernos peor. Lo anterior implica que en los procesos de análisis y toma de decisiones debemos ser más tolerantes con lo no habitual, más objetivos, más equitativos, debemos, en definitiva, desvestirnos de los prejuicios que tantas veces inducen a confusión.

5-. Tener especial cuidado con los estereotipos derivados de cuestiones como el sexo, la raza, la religión, la nacionalidad, la profesión,… de los implicados en el asunto objeto de la decisión; esto no es fácil pues muchas personas caen en determinadas suposiciones que frecuentemente confunden la interpretación de los hechos y la realidad. Para subsanarlo es conveniente adoptar medidas que garanticen la igualdad de trato, la igualdad de oportunidades siempre basadas en el cumplimiento de determinados requisitos objetivos.
6-. Debemos, igualmente, ir más allá de las causas evidentes para determinar la solución o la raíz de un problema. La causalidad siempre tiene varias facetas y, en muchas ocasiones, los problemas vienen generados por causas o circunstancias no evidentes a primera vista.

7-.Emplear la “imaginación moral”. Esto es imaginar otras posibles consecuencias para otros posibles interesados, no pasando por alto los acontecimientos poco probables.

8-. Ser capaces de prever las consecuencias futuras que los problemas éticos suelen tener. Meter la cabeza en el suelo cuando nos encontramos en zonas de peligro ético, como hace la avestruz, no es una buena solución. En general, tendemos a dejar de lado los problemas a los que nos vamos a enfrentar en el futuro pensando que la posibilidad de que las consecuencias se den es, realmente, remota. Y sin embargo, con frecuencia dichas consecuencias suelen aparecer.

9-. La honradez, entendida como la cualidad con la cual se designa a aquella persona que se muestra, tanto en su obrar como en su manera de pensar, como justa, recta e íntegra, debe ser la guía de nuestra conciencia. Nuestra brújula moral.

10-. Finalmente es preciso tener sumo cuidado con el exceso de confianza. En ocasiones algunos directivos sienten que están por encima de las reglas, “soy tan valioso para la empresa que,…” Lo anterior contribuye a que se generen decisiones poco fundamentadas (“esto yo ya me lo sé,…”) y se cometan errores derivados de la ausencia de un proceso fiable y contrastado de búsqueda y análisis de la información, y de sesgos incorrectos que influyen negativamente en la toma de decisiones. 

     Para finalizar como señala Vicente Verdú “los nuevos tiempos que vienen para nuestras empresas, traerán oportunidades de cambio hacia nuevos perfiles “hard“ (buen manejo de los números, fuerte orientación comercial, experiencia en varias organizaciones, experiencia internacional, visión multisectorial, capacidad operativa), con determinados aspectos “soft “ cada día más importantes (ser innovador, contar con un claro espíritu emprendedor, ser promotor de cambios, apasionado por lo que se hace, buen jefe, trabajador duro y jugador de equipo, excelente en relaciones interpersonales y una persona normal), sin olvidar algunos aspectos que hoy se miran con lupa: la conducta ética, la integridad, el optimismo y la visión positiva de las cosas, y la entereza para sobreponerse a la adversidad”

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